Vida

Capítulo 1 Ella....la niña, flotaba en el vientre de su madre, curiosa por naturaleza esperaba ver el mundo con sus propios ojos. Internamente un mundo de sensaciones se abriría al salir de esa pileta en la que flotaba grácilmente, como una libélula recorriendo cada espacio del mundo que hasta ese momento pertenecía a su madre. La madre, luego de tantos intentos, eternas lágrimas y una larga espera sentía como Ella... transmitía día a día una señal de conexión, eterna, única e indescriptible; la madre soñaba con recibirla, fundirse en un abrazo maternal y protegerla de los peligros que la vida le brindaría, y enseñarle a SER... Una palabra tan amplia como corta en su escritura pero que abarca gran parte de nuestra existencia. SER, no es fácil, se puede querer SER y no ser nada, o de la nada misma SER alguien UNICO entre tantas almas que habitan este universo. La madre se mecía sentada mansamente en la hamaca acunando ilusiones bajo un manto de estrellas y recorría su vientre esperando plácidamente la llegada de ese ser tan anhelado a este mundo. Ella...pequeña, indefensa, curiosa e inquieta a la vez, comenzaba a imaginarse un mundo de nuevas experiencias , impregnada de preguntas, deseando que su madre pudiera acompañarla en esa nueva etapa inesperada, incierta, decidida a explorar cada rincón de su infancia de la mano de ese mujer que sólo tendría ojos para ella, su pequeña, el centro de sus pensamientos, tal y como lo imaginó desde el primer día que supo que Ella... estaba en su vientre la conexión fue indestructible y en un llanto de sensaciones Ella...supo que el mundo la estaba esperando con tan solo abrir sus negros ojos. El mundo estaba allí, cercano al abrazo cálido de su madre, nuevos aromas, nuevos rostros que la observaban con amor, sonrientes y esperanzados: una sucesión de imágenes penetraron por cada uno de sus sentidos. Se abría el portal a la vida, y Ella...sabía que no estaría sola, en el comienzo de ese nuevo camino había un sendero soleado, lleno de flores multicolores y de nubes cubiertas de sueños por concretar. Ella había abandonado esa pileta de tranquilidad materna y ahora se enfrentaría a la vida. Invadida por destellos de emociones e incógnitas pensó que para aquel momento sería mejor dejarse llevar por el abrazo cálido y protector de su madre y cerró sus enormes ojos apretando su pequeña mano contenida por la majestuosidad de esa relación que empezó a compartir con su madre hacia solo 9 meses en el tiempo y que ahora en su pequeño mundo habría tanto por recorrer.

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